lunes, 21 de septiembre de 2009

De ahora en adelante qué…

¿Quizá la nada? Sabes que debes seguir caminando. Es probable que más adelante encuentres algo o a alguien u pueda ayudarte. Ya gritaste, lloraste, hiciste una rabieta como cuando eras niño, a pesar de todo, nada ha cambiado. ¿A quién pretendes conmover? al viento, al sol, a la arena que sostiene tu tambaleante cuerpo, a la nada. Ya lo dije, solo te queda seguir… más tarde nos volveremos  a encontrar.

lunes, 7 de septiembre de 2009

EL VIAJE QUE NUNCA ACABA

Todo se ve borroso. Sé que no es un sueño porque no tuve tiempo de ir a dormir. Tampoco encontré un lugar para sentarme siquiera a pensar un rato y dejar que el cansancio me atrape. Y todo por el afán de escapar de ese lugar. Esta vez estuve más cerca que otros días, o tal vez noches. No sé como siempre termino perdido en ese laberinto de desparpajos, chucherías y demás. Además de esos olores nauseabundos a los que empiezo a acostumbrarme y hasta se me hacen familiares.
Uno de los momentos que más temo es cuando voy a llegar al otro lado de esa especie de mercardillo provinciano, sólo que no sé de qué lugar. Todo porque siempre está ese hombre esperándome ahí. Hasta ahora no sé quién diablos es, ni cómo sabe tanto de mí. Su mirada es como un espejo, me refleja a la perfección, con lo bueno y lo malo que llevo.
Qué incertidumbre tan grande. ¿Dónde estoy? Bueno, sé donde estoy pero a la vez no lo sé. He venido tantas veces a este lugar y conozco cada rincón del mismo que ya no me pierdo como la primera vez que llegué aquí; sin embargo, hasta ahora no sé qué lugar es ni qué me atrae hasta él.
Tampoco sé quién es esa vieja que siempre que me ve sonríe mostrando el único diente carcomido que le queda, su mirada parece brillar pero no me detengo mucho tiempo a mirarla porque cuando extiende los brazos con la intención de regalarme afecto no hago más que evitarlo porque no soporto esa inmundicia que la viste.
En fin, otra vez salí de ahí. Ahora no sé adonde ir. Estoy cansado, el sudor es lo único que me acompaña en este viaje espantoso. Siento hambre, sed y sueño...
¡Oh, no! empezamos otra vez, el hombre vestido con telas raídas de colores que pretende ser una mariposa empieza su marcha y yo una nueva huida.